Coccidios

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La Coccidiosis en aves de jaula

Enfermedad producida por parásitos protozoarios de los géneros Isospora y Eimeria, siendo el primero más frecuente en aves de jaula y el segundo en aves de corral. Las especies de coccidios más frecuentes en ornitología deportiva son Isospora serini e Isospora canari.

Esta enfermedad presenta distribución mundial, afectando tanto a aves como a mamíferos. Es una de las patologías más frecuentes en los aviarios deportivos, donde se estima que hasta un 60% pueden estar infectados de forma clínica o crónica.

Factores predisponentes

Coccidios

Durante el ciclo de este parásito, se originan oocitos en el intestino de las aves enfermas, que son expulsados al exterior y, tras su maduración, se convierten en el principal factor de contagio para el resto de los individuos. 

Los oocitos maduros u ooquistes tienen una alta resistencia en el medio ambiente, tanto a las condiciones climatológicas como a los desinfectantes, por lo que se hace muy complicado poder eliminar completamente este parásito de las instalaciones donde se mantiene a las aves.

La falta de higiene en las instalaciones facilitará que el parásito se acantone en el ambiente, originando brotes de forma periódica entre las aves.

Todos aquellos factores que provoquen una disminución de las defensas naturales de nuestras aves facilitarán la colonización y el desarrollo de este parásito en su sistema digestivo.

CoccidiosLos factores que favorecen su aparición son:

• Situaciones de estrés

• Sobrepoblación en jaulas y voladeras

• Falta de higiene y limpieza

• Problemas de ventilación y humedad en las instalaciones

• Alimentación deficiente

• Estados carenciales de vitaminas y minerales

• Presencia de portadores asintomáticos

• Contacto con aves silvestres

• Ausencia de cuarentena en las nuevas incorporaciones

Alta incidencia en los aviarios deportivos

Forma de transmisión: 

Forma oral, por ingestión de material contaminado con heces 

Diarreas hemorrágicas

Cuadro clínico

La sintomatología es de carácter digestivo y, en función de la gravedad de la infección y del estado inmunológico del individuo afectado, podemos encontrarnos con diferentes formas de presentación:

CoccidiosI. Forma aguda. Las aves presentan falta de apetito, diarrea más o menos aparente, debilidad, erizamiento de las plumas, somnolencia y apatía. La degeneración del estado del ave se produce de forma muy rápida y puede alcanzar una mortalidad superior al 50% durante los primeros días. La diarrea es de color negro o marrón oscuro, debido a la presencia de sangre en las heces, y en algunos casos puede llegar a morir el ave sin síntomas digestivos previos.

II. Forma subaguda. Esta presentación es similar a la anterior pero con un desarrollo mucho más lento. Se observará durante varias semanas que el estado corporal del ave se degenera por una pérdida de peso muy pronunciada, lo cual se vuelve evidente si palpamos la región del esternón, que se vuelve afilada debido a la desaparición de las reservas grasas del pecho. En este caso no son tan frecuentes las diarreas con sangre, debido principalmente a que la degeneración de las vellosidades intestinales se produce de forma más paulatina. Aunque presenta una mortalidad inferior, también es detectada más tarde, por lo que en muchos casos el estado del ave es irreversible y el tratamiento no es efectivo.

III. Forma crónica. Esta forma de la enfermedad origina que las aves infectadas no presenten sintomatología aparente porque han desarrollado una resistencia natural al parásito pero, sin embargo, excretan los ooquistes, pasando desapercibida para el criador y convirtiéndose en el principal origen de futuros brotes en el aviario. La resistencia se adquiere tras superar una infección primaria y tiene un componente específico frente al tipo de parásito, pudiendo desarrollar sintomatología clínica si son expuestas a otra especie de coccidio o sufren una disminución de defensas corporales.

Esta enfermedad provoca una destrucción de las vellosidades intestinales en mayor o menor grado, lo que hace que el alimento ingerido no se pueda absorber al organismo. Durante las primeras etapas de la enfermedad, se observará que el ave ingiere alimento con normalidad pero que adelgaza progresivamente.

CoccidiosLas lesiones intestinales variarán en función de la cantidad de ooquistes ingeridos y del tipo de coccidio, pudiendo presentarse desde diarreas crónicas leves hasta necrosis de la mucosa intestinal. 

Es frecuente la aparición de enfermedades bacterianas secundarias, que aprovechan las lesiones intestinales para colonizar el organismo de las aves enfermas. 

Los individuos más afectados serán los pollos jóvenes a partir de la segunda o tercera semana de vida y los adultos inmunodeprimidos, por lo que las épocas con mayor incidencia de esta enfermedad serán la cría y la muda.

Los portadores asintomáticos de esta enfermedad son el principal vector de contagio en los aviarios deportivos. El uso indiscriminado de antibióticos está favoreciendo la aparición de estos individuos, debido a que estimula su resistencia frente a la enfermedad pero no elimina adecuadamente el parásito de su organismo.

Presencia de portadores asintomáticos

Diagnóstico diferencial

• Colibacilosis

• Salmonelosis

• Proventriculitis

• Clostridiosis 

• Ascaris

• Tenias

• Lipidosis hepática

Tratamiento Coccidios

El tratamiento farmacológico de elección será con sulfamidas o toltrazurilo. La duración del tratamiento abarcará dos ciclos de cinco días, con cinco días de descanso entre ambos.

Estos productos farmacológicos son inhibidores de la vitamina K, por lo cual es recomendable que cuando el estado orgánico del ave se encuentre muy afectado, se administre junto con los fármacos un complejo de dicha vitamina, para evitar trastornos en la coagulación sanguínea que originen hemorragias.

Si existen portadores asintomáticos entre nuestros ejemplares sin presencia de síntomas clínicos, podremos administrar una dosis más baja de producto durante cinco días al mes, hasta conseguir la total eliminación de la infección. Además, se recomienda la realización de análisis periódicos para evaluar el estado de las aves, hasta conseguir controlar la enfermedad. 

Cuando se desarrollen infecciones bacterianas secundarias del tipo colibacilosis, salmonelosis u otras, administraremos un antibiótico tras el tratamiento frente a los coccidios.

Junto con el tratamiento principal podemos administrar probióticos y complejos vitamínicos que ayuden a regular la función digestiva y regenerar el estado orgánico del ave enferma. 

Actualmente, en aves de corral se están desarrollando vacunas frente a esta enfermedad con buenos resultados, aunque en aves de jaula todavía tendremos que esperar algunos años para poder emplearlas.

Roberto C. Fernández

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